En los últimos años, los estudiosos de la comunicación coinciden en que existen tres características del periodismo en el ciberespacio: hipertextualidad, interactividad y multimedialidad. El empleo de estos recursos supone un avance lingüístico, aunque no garantizar per se una mejor calidad del trabajo.
Ramón Salaverría, doctor en Periodismo por la Universidad de Navarra y profesor de Periodismo Especializado por la misma universidad, empezó a definir el hipertexto periodístico como algo que "se sitúa en un plano en el que se entrecruzan lo literario y lo documental (...); un cibermedio no es un hipertexto de lectura consecutiva o lineal, sino que se presenta indefectiblemente como una estructura arborescente, por la que el lector debe navegar a semejanza de como se navega por las bases de datos documentales" (Hipertexto periodístico:mito y realidad, 2006).
Sin embargo, Salaverría critica que frente a todas las posibilidades que ofrece el hipertexto, los cibermedios raramente las aprovechan; utilizan estructuras simples. La inclusión, por ejemplo, de enlaces, no se hace con la intención de enriquecer la estructura hipertextual, sino como una simple yuxtaposición de informaciones. A pesar de esto, existen algunos géneros en los que se van abriendo camino estructuras hipertextuales más ricas y complejas, como los reportajes multimedia -'especiales'- y las infografías interactivas.
¿Aprovechamos realmente las posibilidades que nos ofrecen los cibermedios? ¿Creeis que sólo por añadir algún enlace, un vídeo o una foto ya podemos considerar que estamos ante un relato hipertextual?
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Con el hipertexto periodístico se pasa de la tradicional pirámide invertida a la célula informativa, con nuevas estructuras audiovisuales como soporte informativo. Además, el hipertexto pone en las manos del lector, no del periodista, la posibilidad de ampliar la información hasta donde desee. Pero como bien dice Ramón Salaverría tras diez años de evolución de los cibermedios el balance es modesto. Los contenidos ofrecidos hoy por las publicaciones digitales evidencian una notable desatención por parte de los periodistas a estas nuevas modalidades expresivas. No obstante, hay que valorar el esfuerzo que se hace en géneros como el reportaje y sobre todo la infografía.
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